Sepamos primero que el sistema linfático tiene tres funciones principales:
- Drenaje del exceso de líquido tisular: equilibra el líquido en la sangre y el líquido en los tejidos. Esto se conoce como homeostasis fluida.
- Lucha contra la infección: proporciona inmunidad al ayudar a la defensa inmunológica del cuerpo contra cuerpos extraños, como las bacterias.
- Absorción de grasas: absorbe los nutrientes lipídicos del intestino y los transporta a la sangre.
Una interrupción del sistema linfático puede, a largo plazo, debilitar su capacidad de drenar el líquido adecuadamente. Como resultado, el exceso de líquido puede acumularse en partes del cuerpo.
El linfedema aumenta el riesgo de infección y otras complicaciones porque los linfocitos no pueden llegar a las partes del cuerpo donde se produce la inflamación.

Tipos
Hay dos tipos principales de linfedema:
a) Linfedema primario
A menudo llamado linfedema congénito. El linfedema es evidente al nacer o poco después de la pubertad. Este tipo de linfedema es raro y afecta aproximadamente a 1 de cada 6,000 personas.
b) Linfedema secundario
El linfedema ocurre como resultado de algo más, como una infección, lesión, trauma o cáncer que afecta el sistema linfático.
Ejemplos de posibles causas secundarias serían:
- Cirugía de cáncer: el cáncer puede diseminarse a través del cuerpo a través del sistema linfático. A veces, los cirujanos extirpan los ganglios linfáticos para detener la propagación. Existe el riesgo de que el sistema linfático se vea afectado y provoque linfedema.
- Radioterapia: el uso de radiación para destruir el tejido canceroso a veces puede dañar el tejido sano cercano, como el sistema linfático, esto puede provocar linfedema.
- Infecciones: la infección severa por celulitis puede dañar el tejido alrededor de los ganglios linfáticos o los vasos. Esto puede provocar cicatrices, lo que aumenta el riesgo de linfedema.
- Condiciones inflamatorias: las condiciones que hacen que el tejido se hinche (se inflame) pueden dañar permanentemente el sistema linfático, como la artritis reumatoide y el eccema.
- Enfermedades cardiovasculares: son enfermedades que afectan el flujo sanguíneo. Algunos pacientes con enfermedades cardiovasculares tienen un mayor riesgo de desarrollar linfedema, como TVP (trombosis venosa profunda), úlceras en las piernas y venas varicosas.
- Lesiones y traumatismos: en raras ocasiones, las quemaduras graves en la piel o cualquier cosa que provoque cicatrices excesivas pueden aumentar el riesgo de desarrollar linfedema.
Sin embargo, es importante que si llegas a sentir alguno de los siguientes síntomas visites a tu médico:
- Hinchazón de una parte o de toda la pierna o el brazo, incluidos los dedos de manos y pies, que van desde ligeros cambios en el tamaño de las extremidades hasta hinchazón severa
- Dificultad para usar joyas o relojes o para ponerse ropa o zapatos
- Hinchazón en la cabeza o el cuello
- Una sensación de pesadez o tensión en los brazos o las piernas

- El rango de movimiento de la extremidad está restringido
- Incomodidad o dolor en la extremidad afectada
- Sensación de hormigueo en la extremidad afectada como alfileres y agujas
- Infecciones recurrentes de la piel
- Engrosamiento y endurecimiento de la piel
- Ampollas o crecimientos parecidos a verrugas en la piel
- Fatiga severa
Puede ser linfedema y vale la pena que te pongas en tratamiento especializado de inmediato.